En las Canciones de Garcilaso de la Vega relata, como si de un breve cancionero se tratara, el proceso amoroso, en general, doloroso y desgarrador. Este amor predestinado, provoca en el amante melancolía y dolor por no poder gozar del objeto amado. A continuación comentamos muy brevemente el contenido de cada canción. Canción I. A flor de Gnido. Lamenta la esquivez de la dama. El poeta muestra una actitud de sumisión ante el dominio de una dama tiránica por inaccesible. Canción II. Con un manso ruido. El poeta contrasta la belleza del lugar en el que se encuentra con el dolor que siente por su amor no correspondido. Canción III. El aspereza de mis males quiero. Escrita durante el cautiverio, destaca el contraste entre la descripción del paisaje que abre y cierra el poema, y el tema de la integridad de espíritu. Expuesto en las estrofas centrales, en las que domina la queja contenida por las penas del destierro y el amor. Canción IV. La soledad siguiendo. Tiene como punto de partida la equiparación lucreciana entre las penas del infierno y los dolores de la vida humana. Canción V. Si a la región desierta inh
Garcilaso de la Vega (Toledo, 1501 - Niza, 1536). De familia noble, su figura representa al caballero cortesano renacentista, artista exquisito e intrépido capitán. Fue amigo personal de Carlos I, luchó en las campañas imperiales y murió en Niza, Francia, en el asalto de un castillo. Su obra trata exclusivamente de amor. De ella se conservan 38 sonetos y tres églogas en las que poetiza su propia historia amorosa, además de algunas canciones, epístolas y elegías. Cultivó el soneto, la lira, la silva y el terceto encadenado.