TSVIETÁIEVA, MARINA / BURGOS, ELIZABETH
Para Marina Tsvietáieva en el amor no existían leyes. iba allí donde la llevaba la pulsión. Y el amor era pasión, desmesura. necesitaba estar en estado de amor. Una de sus pasiones más vivas y dolorosas fue la que vivió con la poeta Sofía Parnok, que le inspiró el ciclo de poemas La amiga y, a su muerte, la Carta a la Amazona, dirigida a Natalie CliffordBarney y escrita entre 1932 y 1934. A su vez, la relación amorosa con un editor ruso exiliado en Berlín, Abraham Vishniak, le inspiró una pequeña novela en forma espistolar, Las noches florentinas, en que expresó el trayecto y las fases de un amor entre hombre y mujer. Fue la propia Marina Tsvietáieva quien quiso ver reunidos en un mismo volumen estos dos escritos en los que pretendía demostrar la fatalidad irrefutable de la no correspondencia del amor humano, ya se tratase del amor por un hombre o por una mujer. Completan estos dos textos, redactados por su autora originalmente en francés, los poemas que escribió en esta misma lengua, y que han sido recreados en versos españoles para esta edición por Severo Sarduy. La introducción de Elisabeth Burgos y los dos epílogos de Hélène Cixous aclaran aspectos fundamentales de la vida y la obra de Marina Tsvietáieva (18921941), una de las autoras rusas fundamentales de nuestro siglo.
Marina Tsvietáieva (Moscú, 1892 ? Yelábuga, Tartaristán, 1941) fue una poeta precoz, inclasificable, un espíritu libre que se negó a constreñir su arte a definición alguna. Vivió en Rusia hasta 1922, año en que se exilió, primero en Bohemia y luego en Francia. En 1939 volvió a la Unión Soviética, donde dos años más tarde, condenada al ostracismo, puso fin a su vida.