La carta más famosa del siglo XX jamás llegó a su destinatario. Ni siquiera fue enviada. La escribió Franz Kafka de un tirón entré el 4 y el 20 de noviembre de 1919, y está dirigida a su padre, Hermann Kafka, comerciante judío en la ciudad de Praga. Escrita en un estilo que su propio autor calificó «de abogado», la carta es un memorial de las relaciones que había mantenido con su padre desde su nacimiento. Se trata de un documento autobiográfico de excepcional valor para entender los arcanos de la vida afectiva del escritor, su peculiar visión del mundo y las razones por las que dedicó su vida a la escritura. Es, además, una herramienta fundamental para abrirse paso en la complicada maraña de significados que no cesa de producir su obra. Pero es, sobre todo y por sí misma, una pieza literaria de rara perfección y de intensidad difícilmente comparable, que ha dado pie, como toda la obra de Kafka, a un sinfín de interpretaciones acerca de su intención y alcances más profundos. Lo que se conoce como Carta al padre fue publicada póstumamente por Max Brod en 1953. El texto que aquí se presenta, en nueva traducción de Joan Parra, pretende ofrecer por fin la obra de este autor con las máximas garantías de rigor y fidelidad.