Año 152 a.C. Tras la derrota de Aníbal Barca, la ciudad de Cartago se mantiene como una nación humillada sometida al arbitrio de una cambiante y a cada momento más poderosa República de Roma. Sin embargo, y ante la prohibición de iniciar cualquier guerra, Cartago se dedica a prosperar como potencia comercial y financiera, y los romanos se dan cuenta de que su antiguo enemigo militar es ahora un peligroso rival económico. Frente a esta situación, un sector de los patricios romanos buscará la mejor excusa para disfrazar de conflicto defensivo lo que llevan planificando desde hace ya mucho tiempo: destruir de manera definitiva a Cartago. Comienza entonces una carrera contrarreloj entre los partidarios de reducir a cenizas una antigua ciudad imperial ahora en sus horas más bajas, y los que agotan sus últimas opciones para salvarla, pues ésta es la única manera en que podrán sobrevivir ellos: una lucha que implicará a una serie de muy distintos personajes históricos y anónimos, tanto cartagineses como romanos, los cuales se verán obligados a dejar sus vidas entrecruzarse en una frenética espiral de acontecimientos alrededor de cuyo eje se enfrentarán la traición, el amor, la esperanza, el remordimiento y el miedo, en un tiempo desesperado en el que no sólo su propia existencia dependerá de la frágil y temblorosa luz de una vela, sino que pondrán en juego en cada sílaba, con cada paso el destino de las vidas de los habitantes de Cartago. ¿Por qué odiaban y temían tanto los romanos a esta ciudad en el pasado poseedora de un extraordinario imperio que casi derrotó a Roma que se empeñaron en hacerla desaparecer irremediablemente de la Historia, para que nada ni nadie la volviese a mencionar?¿Qué era lo que les asustaba de esta fascinante y cautivadora cultura, cuál era el secreto que podía albergar su último mensaje entre las noches más oscuras, que estuvieron dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de que éste no saliera a la luz jamás? Éste es el relato de una ciudad olvidada (cuya tragedia permaneció durante más de dos mil años silenciada), cuyos fantasmas nos piden de nuevo en un momento en que les queda cada vez menos tiempo, tener la oportunidad de volver a hablar