Václav Havel fue encarcelado en varias ocasiones por el régimen comunista checo. Durante su confinamiento de 1979 a 1983 se le concedió un precioso privilegio: escribir cartas a algún pariente. Havel eligió a su esposa, Olga Havlová. Estas cartas hablan de sus pormenores en prisión. sin embargo, la mayoría son pensamientos temáticos. La censura lo obligaba a escribir exclusivamente sobre sí mismo, por ello narra momentos de su pasado, menudencias como zurcir calcetines, o el fundamento de sus esperanzas futuras. También supo eludir a los censores con un estilo en ocasiones un tanto fenomenológico. Con un filosofar netamente existencialista, afronta el ser en el mundo, la búsqueda del sentido de la vida. todo ello matizado con la honestidad de quien certifica que «la crisis del mundo actual es una crisis de la responsabilidad humana» y «la responsabilidad no se puede predicar sino únicamente llevar a cabo, de manera que el único lugar por donde hay que empezar es por uno mismo». En ese filosofar encuentra que «sólo por medio del tú sólo por medio del nosotros puede el yo convertirse en sí mismo». Un libro para deleitar y enriquecer a quien gusta de reflexionar.
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