Chavales del arroyo, escrita en 1955, es la primera novela de Pasolini y es la mejor puerta de acceso a su obra. Se trata de una extraordinaria crónica de la vida en los suburbios de Roma durante los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, y es una obra maestra -tanto por sus aspectos etnográficos como por los puramente literarios- que atrapa la atención desde la primera línea. Pasolini va retratando a personas cuyas vidas siguen una lógica periférica, ajena a las ilusiones tanto de las clases altas como del obrerismo tradicional. Además, la potente mirada del que sería después un gran cineasta recorre las casas y las calles de Roma, de manera que la ciudad es otro personaje, y muy importante, del libro. Por todo esto, Chavales del arroyo es una obra clave de la literatura del siglo xx y en ella se encuentran las mejores aspiraciones del movimiento neorrealista italiano.
Pier Paolo Pasolini nació en Bolonia el 5 de marzo de 1922. Llegado en 1949 a Roma, donde dirigió con Alberto Moravia la revista Nuovi Argomenti, vivió y trabajó en esta ciudad hasta su trágica muerte en el otoño de 1975. Con su múltiple y vasta actividad de poeta, narrador, cineasta y ensayista y con su incansable presencia intelectual, Pasolini ha sido un testigo apasionado y lúcidamente implacable de los cambios y las dolorosas contradicciones de nuestra época. Su producción novelesca se acrecentó póstumamente con las dos novelas cortas reunidas en el volumen Amado mío (1982, Seix Barral, 1984 y 1990) y con la monumental Petróleo (1992