Como crece una pluma es el resultado de un intercambio creativo entre Marisa Camino y John Berger que se remonta a 1992, pero que no comenzó a plasmarse en dibujos hasta siete años más tarde. Estas obras viajaron en numerosas ocasiones en coche, en avión, por correo... entre ambos artistas para completarse con aportaciones sucesivas de uno u otro. De tamaños moderados, con un uso puntual del color y en muchos casos cercanos al collage, son dibujos de factura íntima que registran un encuentro con la naturaleza y su rastro, pero que también conversan con silenciosas inspiraciones humanas, como el claustro de una abadía o las pinturas del croMagnon. Como explica el propio Berger en una conversación con otro pintor, su hijo Yves: «Creo que estábamos buscando un lenguaje común, y finalmente encontramos un diálogo con el dibujo. Nuestros dibujos me recuerdan la conexión que hay entre papel y tela. Marisa se identifica mucho con los pájaros. Menciono esto porque los pájaros pesan muy poco, son ligeros, como ella. Y la ligereza tiene algo que ver con los dibujos que hacemos juntos». El libro incluye textos de Alfonso Armada y Chema Gómez de Lora.