«¡Nena! No mires por la ventana que te caes.»
«Como sigas llorando te voy a dar una razón para que llores de verdad.»
«Tómate el zumo rápido, que se le van las vitaminas.»
«Si te tragas el chicle se te pegan las tripas.»
«Algo habrás hecho tú...»
¿Te suenan todas estas órdenes o instrucciones? Son cosas que decían las madres en los años ochenta e incluso las abuelas de los setenta. Algunas eran tan impactantes que se han quedado con nosotros quizá para siempre, porque, seamos honestas, por más que hayamos cumplido ya algún lustro, seguimos haciendo una digestión de dos horas antes de meternos en la piscina. Hemos conseguido reírnos de otras, aunque no tenemos muy claro si deberíamos tomarlas en serio. ¿O tampoco es tan grave?
Licenciada en periodismo por la Universidad de Navarra, Amaya Ascunce ha sido redactora en diferentes medios como El Semanal, AR o Reporter. También ha trabajado en el departamento de prensa de Ediciones B, y actualmente está en Hearst Magazines como coordinadora de la web. Éste es su primer libro, que nació del blog que empezó a escribir, hace ya tres años, convencida de que era la única junto con su hermana, claro, que recibía drama consejos a borbotones. Pero las respuestas de miles de lectores le dejaron claro que no estaba sola en esto y ya se sabe que «mal de muchos ».