ALBO, PABLO / MARDONES, MIKEL (Ilustración)
Siempre se dijo que, si en la noche de difuntos hay luna llena, el primer rayo de su luz, allá donde caiga, devolverá la vida a los muertos. Una vez pasó, y lo primero que iluminó la luna fue el maizal del señor Evaristo. Bernardo, cuando nadie lo veía, les dio las mazorcas afectadas a los pollos que iban al matadero. A partir de entonces, sucedieron en el pueblo cosas muy extrañas.
Al caer la noche, los cuerpos muertos de los pollos, enteros o troceados, campaban a sus anchas por las calles, sembrando el temor, el desconcierto y, finalmente, la vergüenza entre los vecinos. Ni el carnicero con sus cuchillos ni el cura con sus sermones consiguieron normalizar la situación. Solo una foránea muy particular, exorcizadora de gallinas, consiguió espantar a los cadáveres vivientes, en un claro paralelismo con el flautista de Hamelin que desemboca en un final sorprendente.
El humor es la herramienta más útil para superar el miedo y quitarle hierro a temas difíciles (como la muerte). El narrador oral Pablo Albo presenta una descabellada y surrealista aventura de zombis protagonizada por la comunidad avícola de un pueblo imaginario, Matamala, que forma parte de su repertorio más celebrado para jóvenes y adultos. Esta historia, delirante e irreverente, burla toda convención sobre la vida y el mundo del más allá, para zambullirnos en una carcajada de inicio a fin.
Por su parte, Mikel Mardones propone un original contrapunto de la historia. A través de un estilo muy definido, de gran fuerza expresiva, con el que ya nos sorprendió en La higuera de Pelostuertos y Las manoplas de Caperucita, el artista vasco recrea una galería de personajes inquietantes y disparatados.
En diálogo abierto con el texto, Mardones concibe una ambientación turbadora, cargada de misterio y socarronería, en la que podemos encontrar elementos paratextuales, fuera de contexto, de gran comicidad. Como pollo sin cabeza invita, pues, a asumir el reto de perderse en los detalles y descubrir todos y cada uno de los guiños humorísticos con que el ilustrador obsequia al lector en cada página.
Pablo Albo (Alacant, 1971) es defineix a ell mateix com a contista. Tot i que va diplomar-se en Treball Social a la universitat mai va exercir, i es va anar encarant cap al món de la farándula. Li agrada jugar amb les paraules i sempre està preparat per a explicar algun dels seus contes. Ha participat a gairebé tots els festivals de narració oral i contacontes d'arreu d'Espanya i també a paísos com Suïssa, Italia, Grècia, Australia, Brasil, Bèlgica, Mèxic i França. A més, fa sessions i xerrades per a pares i mares, i docents, sobre tradició oral i narrativa.