Pese a lo que se suele pensar, el estoicismo no consiste en suprimir u ocultar nuestras emociones, sino en reconocerlas, reflexionar sobre lo que las causa y reconducirlas para nuestro propio bien. Lo que lo convierte claramente en una filosofía práctica.
Porque en la búsqueda de respuestas a las preguntas más importantes de la vida el estoicismo nos proporciona muchas respuestas. Massimo Pigliucci nos ofrece algunos ejercicios espirituales prácticos para alcanzar la sabiduría y la serenidad, así como mantenernos fieles a nosotros mismos, con el objetivo de conducirnos correctamente por la vida a través del control racional de las pasiones y los impulsos más mundanos.
Massimo Pigliucci es profesor de Filosofía en el City College de Nueva York. Tiene doctorados en genética, biología evolutiva y filosofía, y ha escrito para muchas publicaciones, entre ellas el New York Times y el Washington Post.