Tras un largo período de más de 300 años, a finales del siglo XIX se inicia una nueva y rica etapa en la celebración de Concilios Provinciales y Sínodos Diocesanos dentro de la archidiócesis de Sevilla. Etapa que coincide con un importante proceso de cambios ideológicos en la historia universal y española, de manera que puede afirmarse que estos Concilios y Sínodos se corresponden con hitos relevantes en el devenir histórico universal, a los que la Iglesia sevillana, siguiendo las pautas de la Iglesia universal, intenta dar respuesta con el fin de orientar a los católicos ante los grandes retos que la sociedad contemporánea presenta. Este volumen aborda el estudio de tres Concilios Provinciales y dos Sínodos Diocesanos de la archidiócesis de Sevilla. En 1893 el Cardenal Benito Sanz y Forés se plantea en un concilio provincial adaptar a la archidiócesis la doctrina del Concilio Vaticano I. A comienzos del siglo XX, tras la publicación del Código de Derecho Canónico en 1917, un nuevo concilio en 1924, presidido esta vez por el cardenal Eustaquio Ilundain y Esteban, tiene como objetivo adecuar la vida y costumbres de la iglesia hispalense sobre la base del nuevo marco legislativo-organizativo eclesiástico. El cardenal Pedro Segura y Sáenz utilizará el sínodo diocesano en 1943 y el concilio provincial en 1944 como medios de fundamentación del nacionalcatolicismo instaurado en España tras la Guerra Civil. Finalmente, el cardenal José María Bueno Monreal, padre conciliar en el Concilio Vaticano II, apuesta de manera firme por la doctrina emanada de dicho concilio ecuménico, mediante la celebración de un sínodo en Sevilla en 1973, el primero en España tras el Vaticano II.
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