«Contra la religión» reúne varios textos breves, de los considerados malditos, dictados por Mark Twain en 1906 y publicados años después de su muerte, pues su hija Clara siempre se opuso a ello. En 1963, ya vieja y enferma, aceptó que se publicaran junto a otros textos inéditos de su padre. Son estos unos escritos apasionados sobre la naturaleza y el carácter de Dios, la sinrazón y la «pobreza inventiva» de la Biblia. Mark Twain no duda en afirmar: los actos de Dios revelan su naturaleza «injusta, avarienta, despiadada y vengativa »; la creación del Infierno es «su prodigioso crimen»; «detestaríamos y denunciaríamos a un padre terrenal que infligiera a su hijo la milésima parte de los dolores y miserias que Él dispensa a sus hijos cada día».
Mark Twain es el seudónimo con el que firmaba Samuel Langhorne Clemens (Florida, Missouri, 1835-Reddind, Connecticut, 1910). Norteamericano enormemente inquieto, su vida fue un constante ir y venir. Dejó la escuela a los trece años para entrar de aprendiz en una imprenta. Realizó las tareas más diversas y, sobre todo, escribió muchísimo. Con todo, jamás abandonó los estudios y se doctoró en letras y en leyes. Viajó por América y Europa y visitó Palestina y las islas Hawai. Su vida está plagada de anécdotas divertidas que demuestran una profunda independencia personal, un rechazo total a vivir con ataduras. Dio conferencias por todas partes y fue nombrado doctor honoris causa por la universidad inglesa de Oxford, una de las más prestigiosas del mundo. Su vida literaria se caracteriza por una producción muy abundante, llena siempre de humor, de un humor que con los años se fue volviendo agrio, profundamente crítico e incluso agresivo. En algunas de sus obras, como Las aventuras de Tom Sawyer, Mark Twain narra muchos hechos de su infancia, marcada por una sociedad, según él, estrecha y puritana.