«La escritora brasileña Nélida Piñon habla y escribe como si la habitase un misterio insondable.»
Via Política
«Decido yo misma engendrar leyendas y episodios que me son atribuidos, siempre teniendo como disculpa la condición de escritora, a quien es dado el privilegio de inventar sin sufrir sanciones morales.
Así, enlazo los temas posibles para entenderme mejor, para subsidiar los recursos de la memoria, que me abastece con la habilidad de recordar los hechos ocurridos hoy, ayer, milenios atrás, que juzgo míos, pertenecientes a mi esfera tribal. Una memoria que, al servicio de la codicia, nos permite observar las líneas de un mapa y manifestarnos sobre la geografía de las cosas, de los sentimientos, de las islas pulverizadas del Índico. Y que nos impulsa a narrar la odisea personal, la saga de lo cotidiano, de la cocina, de la cama, del amor. Y que, por su eminente carácter narrativo, ocupa mi pensamiento, conjura mi silencio, ahuyenta la monotonía narrativa. Pero que pronto se organiza y resiste a desintegrarse mediante una simple línea, épica y avasalladora, como aquella que heredamos de Homero.
Es lo que intento hacer.»
Nélida Piñon nació en Río de Janeiro (Brasil), hija de padres españoles, y en esta ciudad se licenció en Periodismo. Es miembro de la Academia Brasileña de las Letras y de la academia de Filosofía de Brasil. Entre sus obras destacan los libros de cuentos El tiempo de las frutas (1966) y Sala de armas (1973), y las novelas Fundador (1969, Premio Walmap), Tebas de mi corazón (1974), La fuerza del destino (1977), La dulce canción de Cayetana (Premio José Geraldo Vieira a la mejor novela de 1987) y La república de los sueños (Alfaguara 1999), galardonada con el Premio de la Asociación de Críticos de Arte de São Paulo y el Pen Club, y Voces del desierto (Alfaguara, 2005)