Los Rubin formaban a todas luces la familia perfecta: eran tan ricos como brillantes, y para colmo estaban envidiablemente unidos. Las apariencias no engañaron hasta la boda del hijo mayor, una fiesta cargada de previsible alegría que, sin embargo, desata un pandemónium cuando el novio decide fugarse con una mujer casada. La conmoción sacude a propios y extraños, pero en especial a Claudia, formidable matriarca y rabina de la pequeña comunidad judía a la que todos pertenecen. Esa infracción, ese atentado contra el orden constituido, abre las compuertas a una catastrófica riada de murmullos que pone al descubierto las entretelas silenciadas por cada miembro de la tribu. Los cuatro hermanos adultos y sus padres han de poner boca arriba las cartas de sus deseos e identidades ocultas. Cuando éramos malos dibuja un cálido e incisivo (a veces incluso inmisericorde) retrato de una familia en estado de alarma. «Inmensamente divertida y conmovedora [?]. Explora con agudeza y sin reparo las relaciones que se dan entre unos padres y sus hijos adultos.» Los Angeles Times «Jubilosamente original [?]. Una elegante comedia sobre la entereza y la individualidad.» Newsday «Se instala con agilidad y desenfado entre los relatos clásicos de desventuras tribales [?]. El lector de ficción contemporánea rara vez puede sentirse en manos más seguras [?]. Una novela impecable.» The Times «Muy divertida y muy auténtica en las emociones que transmite. Una novela escrita de todo corazón y con un programa deliciosamente subversivo.» Marie Claire «La culpa, la vergüenza y el amor; las victorias y ansiedades de la vida en familia: ésas son las capas de la cebolla que Mendelson arranca amablemente con un humor de perros. Y ocurren tantas cosas? Una novela que se devora de un tirón canino.» Fay Weldon