Aprieta el calor, sobra la ropa, ya se vislumbra la isla paradisiaca desde la ventana del avión, se alarga la siesta, la jungla espera, el cámping nudista empieza a llenarse, no hay colapsos en Internet ni colas en los cines... Todo se confabula para propiciar la aventura erótica del verano. ¿A qué audacias nocturnas puede entregarse una turista en una ciudad donde nadie la conoce? Cuando uno no es policía, ¿qué usos puede darle a unas esposas? Donde hay dos, ¿falta un tercero? ¿Por qué es tan excitantemente peligroso que su cumplan los más inconfesables deseos? ¿Es posible sentir un frío mortal en plena canícula? Entomólogos que persiguen no precisamente insectos, nudistas obsesionados con la ropa, arquitectos perdidos en la selva en busca de la suprema excitación, coleccionistas de ombligos..., todos los protagonistas de estos dieciséis cuentos sucumben al hechizo de ese Eros que anda suelto en verano. De este modo, los dieciséis encuentros (o desencuentros) narrados en este volumen desvelan las múltiples caras de un erotismo exacerbado por el tórrido ambiente estival, que estimula al demonio depravado que llevamos dentro, espolea el deseo hasta la perdición o el éxtasis, y provoca turbadores y deliciosos espejismos.