Iacopo, Iac, un adolescente crecido demasiado rápidamente, vive al borde de un vertedero que conoce al detalle. Para él es un recurso, un lugar donde encontrar todo lo que necesita para sobrevivir y soñar. A su alrededor se mueve un grupo de existencias abandonadas, desechos humanos pero con su propia dignidad particular. Mientras la vida en el vertedero prosigue a su ritmo, fuera de él el caos emocional de las existencias normales busca un equilibrio, el mal gana terreno sacando ventaja. Comportamientos aparentemente inofensivos y una acumulación de prácticas abusivas provocan un episodio dramático que implicará profundamente a Iac. Cuerpos de desecho es un reflejo de una sociedad que vive su declive sembrado de ruinas, sean de cemento, de agujas infectas o de sentimientos podridos. Y especialmente de indiferencia y superficialidad.