Plutarco compuso el par Demóstenes-Cicerón en quinto lugar en la serie de las Vidas paralelas. Ya en la Antigüedad se consideraba que con Demóstenes, dirigente político de la Atenas del siglo IV que vive el fin de la independencia de su ciudad, y Cicerón, que en el siglo I de nuestra era lucha denodadamente por salvar la República frente a los ataques de los que buscaban su poder personal, había llegado la oratoria a su gradomás alto de perfección, por lo que era habitual parangonarlos. El autor de las Vidas paralelas, que sigue criterios biográficos propios, trata de la oratoria solamente como un instrumento de la actividad política de los protagonistas, puesto que lo que en verdad le interesa, y lo que persigue en todas las series de sus vidas, es el estudio del carácter con una finalidad ejemplarizadora y moralizante.
Plutarco (45-120 d. C.) creció en el seno de una familia culta de Queronea durante la dominación romana de Grecia. Su formación filosófico-religiosa le aproximó al estoicismo, manifestándose incompatible con la ética epicureísta. En su obra Moralia (denominada también Obras morales y de costumbre) Plutarco plantea las bases teóricas de su ideal moral, mientras que en Vidas paralelas refleja la plasmación práctica de dichos ideales en figuras arquetípicas de la antigüedad greco-romana. El diálogo Sobre el amor, cuyos precedentes literarios se hallan en el Banquete y el Fedro platónicos, se centra en una cuestión concreta y particular: ¿deberá el joven Bacón renunciar a sus amantes masculinos y casarse con Ismenonodora?; y otra más general, sobre la realidad y esencia misma del amor. Antonio Guzmán Guerra, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, incorpora en esta edición, vertida directamente del griego, abundantes notas que contribuyen a la localización y contextualización de la gran cantidad de citas literarias con las que Plutarco solía adornar sus obras.