Cuando se trata de la muerte y lo que le ocurre al difunto al morir, el Corán tiende a escatimar los detalles e incluso a ser ambiguo al respecto. Esa opacidad llenó a los primeros creyentes de múltiples interrogantes. ¿Cuáles son las etapas del proceso de morir? ¿Interviene alguien en el mismo? ¿En qué consiste la separación del alma y el cuerpo? ¿Cuál es el estado del difunto en la tumba? ¿Es el muerto consciente de lo que ocurre a su alrededor?
En su afán por desentrañar los secretos de la tumba, la tradición musulmana produjo una escatología que se caracteriza por lo pormenorizado de sus descripciones. Por ella desfilan asombrosas y terroríficas imágenes de lo que le espera a todo ser humano en su paso al más allá, como el imparcial Ángel de la Muerte, los furores de la muerte, la dolorosa separación del alma y el cuerpo, el asfixiante estrechamiento de la fosa, los temibles ángeles Munkar y Nakir y el castigo de la tumba. Pocas tradiciones religiosas le ofrecen al creyente tantos detalles sobre este oscuro tema.
Este libro es el primer estudio extenso de esa escatología islámica según la refundieron los moriscos en su secreta literatura aljamiada. Corrían los «tiempos recios» del siglo xvi en que los varios edictos reales emitidos a lo largo de esa época contra toda expresión de la cultura musulmana amenazaban con erradicar definitivamente el islam en España. Con estos textos, los moriscos probablemente no sólo reflexionaban sobre el destino final de las almas al otro lado de la muerte, sino que también expresaban sus temores por la liquidación inminente de su comunidad religiosa, en otro tiempo hegemónica en la Península ibérica.