La muerte de Dios y la secularización han abierto, paradójicamente, un nuevo espacio para la religión. Un espacio, por un lado, invadido inmediatamente por neointegrismos y neomisticismos de masas; pero, por otro, recorrido también por un cristianismo renovado, liberado por fin de hipotecas metafísicas y fundamentalistas.
La carga contra toda rigidez doctrinal, el pensamiento paulino como rescate del hombre y la recuperación de la temporalidad escatológica como posibilidad de futuro son solo algunas de las variaciones que, de un capítulo a otro, con una cadencia casi musical, se imbrican en torno al gran tema de la caridad y la atención al otro.
Y es evidente que, a través de una aproximación tan múltiple y, al propio tiempo, unitaria, se afrontan problemas teóricos, éticos y existenciales de importancia primordial: de la sexualidad a la política, de la hermenéutica a la renuncia a la violencia metafísica, del papel de la Iglesia al verdadero rostro de la Revelación. Todo ello según modalidades no precisamente ortodoxas.
Gianni Vattimo, profesor de Filosofía Teorética en la Universidad de Turín desde 1982, es un de los filósofos italianos más reconocidos de la actualidad. Es seguidor de la corriente hermenéutica en filosofía. Comenzó a enseñar Filosofía Estética en 1964 y desde 1976 ocupó el cargo de decano de la Facultad de Lettere e Filosofia durante varios años. Ha sido visiting professor en varias universidades estadounidenses (Yale, Los Ángeles, Nueva York University, State University of Nueva York).
Es, asimismo, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Palermo, la Universidad de La Plata (Argentina), la UNED (España) y las universidades Universidad Inca Garcilaso de la Vega y Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú), entre otras, así como miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes. Ha sido colaborador en distintos periódicos italianos, entre ellos, La Stampa. Fue parlamentario europeo.
Es uno de los principales autores del postmodernismo y considerado el filósofo del pensiero debole (pensamiento débil).