El diálogo no tendría que establecerse entre personas, sino entre líneas, entre capítulos o partes de capítulo. Esos serían los verdaderos personajes. Perder la memoria: mejór levantar bloques», hacer que floten, Un bloque de infancia nó es un recuerdo infantil. Un bloque nos acompaña, siempre es anónimo y contemporáneo, siempre funciona en presente. Olvidar la historia: la cuestión de los devenires y de su geografía. Un devenirrevolucionario es más importante que el futuro o el pasado de la revolución. Un devenirmujer, un deveniranimal son más importantes que la díferencia de sexos y de reinos. No pararse a recapitular: mejor trazar líneas. Las líneas no tienen origen, crecen por el medio. Nunca se hace tabla rasa. Como la hierba, siempre se está en medio de algo. Cuanto más consideremos el mundo a partir de su situación actual más posibilidades tendremos de cambiarlo.
Gilles Deleuze nació en parís en 1925. Desde 1970, es profesor de filosofía en la Sorbonne. Es autor de varios libros : Nietzsche y la filosofía (1962), La filosofía crítica de Kant (1963), Proust y los signos (1964), Spinoza y el problema de la expresión (1968), La lógica del sentido (1971) y, en 1972, en colaboración con Félix Guattari, del libro que le dio a conocer mundialmente y le convirtió en uno de los filósofos más polémicos de los años setenta, El anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia.