Cuando el señor Tempest fallece, las propiedades de la familia pasan a su hijo John, ilegítimo según las malas lenguas. El coronel Tempest, su despilfarrador hijo Archie y su hija Diana quedan excluidos de la herencia. Una noche, el resentido coronel, presa del estupor de la ebriedad, acepta participar en una apuesta: pagará diez mil libras si alguna vez consigue acceder a la herencia del señor Tempest. Cuando se da cuenta de que eso equivale a poner precio a la cabeza de John, ya es demasiado tarde: el joven heredero empieza a sufrir tentativas de asesinato. Por su parte, Diana, una mujer fuerte e independiente, afirma que no se casará nunca. Sin embargo, a medida que entabla una relación más cercana con John, sus sentimientos empiezan a cambiar... Mary Cholmondeley presenta en la que fuera su novela más célebre una historia de herencias, amor y matrimonio a la manera de una Jane Austen de principios del siglo XX, pero además introduce una subtrama policiaca al más puro estilo de Wilkie Collins o Henry James y una mordaz crítica social centrada en el mundo de la abogacía con tintes dickensianos.
Mary Cholmondeley nació en Hodnet, Inglaterra, en 1859, y se crio en la rectoría de su padre. Si bien su familia tenía vínculos con el mundo literario (su tío era amigo de Mark Twain y varios parientes eran escritores), el carácter retraído de Mary y el grave asma que padecía la llevaron a vivir retirada y a consagrar su vida tanto a la escritura como al cuidado de sus familiares enfermos. Tras la muerte de su padre, se trasladó con su hermana a Londres, donde años después, durante la guerra, trabajaría en un hospital. Aunque su primer libro lo publicó en 1886, no fue hasta la aparición de Diana Tempest (1893), que se adelanta al movimiento feminista New Woman, cuando empezó a publicar con su verdadero nombre. El éxito le llegó con la más autobiográfica de sus novelas: Un guiso de lentejas (1899; Nocturna, 2019), cuya fantástica acogida en Inglaterra y Estados Unidos le granjeó la admiración en todos los círculos literarios y amistades como la de Henry James. Posteriormente publicaría obras como Un inconveniente (1902), Prisoners (1906), The Lowest Rung (1908) o La polilla y la herrumbre (1912), e incluso una autobiografía: Under One Roof (1917). Murió en 1925 sin haberse casado y dejando un legado literario que retrata las ansias de independencia de la mujer de la época.