¿Hasta qué punto un escritor siente la necesidad de buscar su voz en el día a día? ¿Es su propio pulso el que se confiesa? ¿Qué papel juega el mundo que le ha tocado vivir? ¿Cómo afectan la rutina del ejercicio literario, las sensaciones del auge y el fracaso, la presencia de otros libros, de otros escritores? Esta obra de Diego Medrano responde a estos y otros interrogantes que siempre surgen con la lectura de un diario. Divertido e irreverente, tierno y desolado, la voz de estas páginas alcanza la plenitud en su género. El presente y turbulento diario inicia así una serie, de escrituras íntimas, donde la trasgresión es concebida como un efusivo estado de ánimo y el único éxito, en palabras de su autor, es seguir escribiendo . La violencia de algunos tramos del mismo va en musical sintonía con la comicidad de otros, y el único tiempo vivido es el del aprendizaje del artista cachorro, de sus risas y fantasmas, junto al completo desenvolvimiento de la pasión amorosa, en todo su esplendor, siempre ilativa a su vida literaria.
Inicia estudios de Filosofía en la Universidad de Oviedo, donde, «tras sentirse como Oscar Wilde en prisión», como explica él mismo, pronto lo abandona todo en pos de su ciclópea vocación literaria. Hasta el momento han visto la luz, ambos en 2005, el libro de poemas El hombre entre las rocas y Los héroes inútiles, la correspondencia completa con Leopoldo María Panero. El primer tomo de los diarios de Diego Medrano ?reunidos bajo el título Diario del artista echado a perder? se publicará próximamente.