El comienzo de la filosofía lo constituye la indagación de los primeros pensadores griegos acerca de la razón primordial de todo, a la que denominan «Dios» o lo «Divino». El pensamiento cristiano, por su parte, está presidido, desde un principio y durante toda la Edad Media, por la idea de «Dios», que fundamenta filosóficamente. Y los más insignes pensadores de la Edad Moderna profesan a su manera la creencia en la existencia de Dios, haciendo de ella el fundamento y contenido principal de su filosofía. En la actualidad, no pocas personas en Occidente viven y piensan como si Dios no existiera. Y sin embargo, en la mayor parte del mundo la fe religiosa conserva e incluso acrecienta su influencia. También hoy la filosofía puede sin duda esclarecer un gran número de cuestiones sobre la existencia y la presencia de Dios.
Emerich Coreth nació en 1919 en Raabs an der Thaya (Austria). Obtuvo la licenciatura en filosofía por la Universidad de Múnich, y la licenciatura y el doctorado en teología por la Universidad de Innsbruck (1948). En 1937 ingresó en la Compañía de Jesús. Se doctoró en filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma en 1950. En 1955 fue nombrado profesor ordinario de filosofía cristiana en la Facultad de teología de Innsbruck, y en esta universidad ejerció la docencia y diferentes responsabilidades hasta su jubilación. Falleció en 2006. Entre sus obras filosóficas destacan: Metafísica. Una fundamentación metódico-sistemática, 1964; Cuestiones fundamentales de hermenéutica, 1972; ¿Qué es el hombre? Esquema de una antropología filosófica, 1961; Grundriß der Metaphysik, 1994.