Guy de la Bédoyère reivindica el trascendental papel que tuvieron las mujeres en la construcción del imperio romano, en especial la familia julio-claudia. Figuras como Octavia, Livia, Agripina o Mesalina sirven para descubrir la lucha de estas mujeres por ostentar roles activos en los ámbitos de poder, enfrentándose a las convenciones sociales de la época y capeando calumnias, conspiraciones y asesinatos para erigirse en piezas clave de la construcción del imperio. Ha sido necesario excavar en las fuentes históricas para arrancar de la visión misógina de los historiadores clásicos y modernos la verdad de los hechos trascendentales que protagonizaron estas mujeres, cambiando para siempre el curso de la historia.