«Quien niegue o dude que estamos en revolución, que vaya al teatro del Príncipe y vea representar el drama del Duque de Rivas». A los primeros espectadores, en efecto, no se les escapó que el Don Álvaro suponía una ruptura decisiva con la imagen tradicional del individuo, la sociedad y la literatura: era no tanto el comienzo como el más rotundo paradigma del Romanticismo español. La edición de Miguel Ángel Lama permite seguir en cada una de sus etapas la progresiva elaboración de la obra, al par que comenta y documenta con todo detalle cómo la visión del mundo del autor va plasmándose en soluciones escénicas, recursos lingüísticos, tributos a unos modelos y repulsas a otros, con particular atención a los aspectos históricos y pintorescos que enriquecen la singularidad de los protagonistas.
Ángel María de Saavedra, conocido como Duque de Rivas, nació en Córdoba en 1791. Durante la Guerra de Independencia, fue condecorado por el general Castaños, pero años más tarde fue condenado por participar en el golpe de Estado de Riego en 1820. Huyó a Inglaterra y pasó por Malta y París antes de regresar a España en 1833, donde recibió la amnistía. En los años siguientes fue ministro de la Gobernación, senador, alcalde de Madrid y presidente de la Real Academia Española y el Ateneo de Madrid. Su obra más conocida fue < i > Don Álvaro o la fuerza del sino < /i > , estrenada en 1835. Además de teatro, también escribió poesía y ensayo. Falleció en Madrid en 1865.