«Dicen los que al parecer entienden, que corren malos tiempos y peores vientos para el mito de Don Juan, y digo yo que si de mitos hablamos, no hay ninguna razón para que el de Don Juan no goce de tan buena salud como otros [... ]. Llevado por esta confianza mía en la sobrevivencia de un mito, os presento ahora mi Don Juan que, espero, nada tendrá que envidiar a otros que también últimamente han aparecido, pero que a mi parecer no rendían ninguna justicia al burlador de Sevilla. [...] »Estamos ante una acción en prosa o ante una novela dramática, que se divide en tres partes bien diferenciadas. [...] Eso es, una trilogía, tres obras en cinco jornadas cada una y que se titulan respectivamente y también cronológicamente: El destino de Don Juan, Las empresas de Don Juan y La estatua del Comendador. En la primera obra, intento recrear la infancia, niñez y mocedad de Don Juan, y la búsqueda de su destino. [...] En la segunda obra, describo las aventuras, sobre todo amorosas, de nuestro héroe. En la tercera obra, mi Don Juan llega a su final acostumbrado, es decir, a su final literario, porque no sé si se habrán dado ustedes cuenta, pero un mito sólo puede ser contado a través de la Literatura, y por ello mi Don Juan no se aleja de la Literatura.»