Jonathan Stutzman escribe libros para niños, hace películas y come demasiado queso. No es un gran fanático de los pasteles, pero una vez estuvo a punto de destruir el mundo por culpa de su amor por los dónuts. (Lamenta profundamente cualquier molestia causada.) ¡Está casado con la talentosa artista que ilustró Llama destruye el mundo!