El papá de Roxana le ha traído un gusano de seda de un país lejano, y nada más verlo, ella decide dibujarlo. Pero a Roxana siempre se le hace tarde jugando en el parque, y cuando por fin se pone a díbujar, ¡el gusano no se está quieto! Primero, venga a comer y a comer... Después, venga a tejer y a tejer... ¿Quién iba a pensar que un gusano sería tan difícil de dibujar?