MARKALE, JEAN / SERRAT CRESPO, MANUEL
En el siglo XI aparece un nuevo arte de amar en la sociedad aristocrática occidental. La mujer, hasta aquel momento despreciada por la fuerte tradición misógina heredada de los Padres de la Iglesia, se convierte entonces, en el canto de los trovadores, en el principio de la acción masculina y en lo que le da sentido. El caballero, para merecer a su dama, debe soportar el servicio de amor, verdadera ascesis sexual y guerrera. Sabiamente incrementado por una larga liturgia amorosa, el deseo hace del amante el sacerdote de una nueva d religión cuyo centro es la mujer. Ha nacido la pareja de la fin amor, cuyo más bello ejemplo literario son Lanzarote y Ginebra. Pareja secreta, necesariamente adúltera, infernal escribe Markale, ya que se opone al ideal cristiano del matrimonio. E1 amor cortés, al chocar con la moral y la religión establecidas, lleva a cabo una triple ruptura: en las mentalidades, por el retorno aceptado de lo femenino, en las costumbres, por la valorización del adulterio, y, por último, en la espiritualidad, pues, como argumenta Markale, en la misma época en que crece el culto a la Virgen, en el seno del Occidente medieval, la transfiguración de la Señora en verdadera diosa salvadora representa uno de los aspectos mayores del retorno sutil de la Gran Diosa precristiana.