La agenda más íntima y personal de Defreds. Musical. Interactiva. Participativa. Una melodía de optimismo para inspirar la banda sonora de tu felicidad.Para celebrar la vida, sentir su felicidad en la magia de los momentos cotidianos, de los pequeños detalles; para sonreír(la), para bailar(la).
Defreds tiene una forma de hacerlo, personal pero adecuadamente transferible, que comparte transformando su colección de agendas para que tus meses, tus semanas, tu día a día, se conviertan en una melodía de optimismo y felicidad, literal y metafóricamente ¿Quieres conocerla?
Te damos una pista: Vamos a subrayar los días en lugar de tacharlos, a transformar las ?rutinas? en ?rituales cotidianos?.
Una forma diferente, creativa, de organizar y planificar acompañando la estructura de agenda tradicional, a semana vista, con un leitmotiv musical. Metafóricamente; una melodía textual de optimismo con notas de amor, resiliencia, empatía y selflove, para ponerle color a los días grises y resignificar el automatismo de la cotidianidad a través de sus pequeños detalles.Metafórica y literalmente, canciones para inspirar tu sonrisa, tu banda sonora de la felicidad. Solo tendrás que darle al play, pasar las páginas. Este año, será, el año que sonarán todas tus canciones.
Nací en Vigo una madrugada de octubre. Siempre fui un niño normal. Algo tímido e inseguro. Y enamoradizo. Me acuerdo de que escribía cartas de amor. Había una chica en el colegio que me encantaba y le escribía, aunque no me hacía ni caso. En el cole, regular. Me gustaban más las asignaturas de letras. Leía mucho en casa. Mi madre siempre me traía los libros del Círculo de Lectores. Me encantaban los de miedo. Me podía pasar horas repasándolos en la cama.
Y el tiempo fue pasando, poco a poco. Me enamoré alguna vez. Siempre arriesgando, aunque saliera mal. Dejé de ser tan jovencito para ser simplemente joven, dentro de mi cara aniñada. Escribiendo.Una noche bastante llena de soledad y con mucha lluvia fue la primera vez que escribí una frase sobre algo que me estaba pasando en esa época. En Twitter. Supongo que ahí empezó todo. La gente me leía, y cada vez más. Gente que se sentía identificada conmigo. No me podía creer que alguien leyera con ganas mis pensamientos.Llegaron mis libros. Casi sin querer. Cuando abras el paracaídas. 1775 calles. Historias de un náufrago hipocondríaco. Con un cassette y un boli bic. Llegaron después muchas firmas en muchas ciudades. Ejemplares en miles de casas.Y ahí sigo sonriendo, ilusionado como el primer día. Como el primer ejemplar.La verdad que no tengo mucha biografía, pero sí muchos sueños.