Un monje ortodoxo del monasterio de Valamo, en la difusa frontera entre Finlandia y Rusia, fue recopilando durante años su peculiar filocalia. Pretendía trazar un mapa seguro que le ayudase a practicar la oración continua y a anticipar algunos de los peligros que acechan a quienes progresan en esta tarea, cuyo fin es la comunión con el Señor, con los hermanos y con uno mismo. Aquella selección de textos que a él le había resultado útil ha orientado después a muchos que se han acercado a sus páginas. No es la filocalia tradicional, sino una filocalia moderna que, sin olvidar a los grandes maestros antiguos, se nutre de genios de la espiritualidad rusa como Teófanes el Recluso e Ignacio Brianchaninov.
Jaritón de Valamo nació en el pequeño pueblo de Soligalichsky Uyezd / Rusia, el año 1872. Ingresó en el monasterio de Valamo cuando comenzaba el siglo XX, atraído por la profunda vida de ascesis y de oración. En aquel entonces, la comunidad estaba formada por varios centenares de monjes, que atendían cuatro iglesias y numerosas capillas. La fundación del monasterio, en la Edad Media, se atribuye a los santos Sergio y Herman. Durante siglos permaneció en una de las islas del lago Ladoga. Sin embargo, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y por la presión de la Rusia soviética, tuvo que trasladarse a tierras de Finlandia, donde se encuentra en la actualidad. Jaritón fue elegido higúmeno el año 1933 y a esta tarea de dirección del monasterio se dedicó hasta su muerte en 1947.