Atenas. Principios del siglo v a. C.Ascender en el escalafón político de su ciudad no fue fácil para Pericles. Vivió una infancia marcada por el destierro de su padre y el desprestigio de su familia materna, acusada de traición. Su juventud transcurrió en el exilio mientras los persas destrozaban su polis, y cuando regresó a Atenas, la ciudad había sido arrasada hasta la última piedra.Ni siquiera la paz cambió su suerte: su padre murió y Pericles vivió la larga posguerra a la sombra de los grandes políticos que intentaban dominar la Asamblea, mientras seguía latente la vieja amenaza de los persas y surgían nuevas tensiones con Esparta.Entonces empezó a cambiar su suerte: decidió unirse al partido demócrata, encontró un mentor que le inició en la política y a la vez comenzó a frecuentar a todos aquellos grandes hombres con los que se relacionaría en años posteriores: los trágicos Esquilo y Sófocles, los filósofos Anaxágoras y Sócrates y los artistas Fidias y Damón. Se aficionó a la música, el teatro, la escultura y la filosofía y se convirtió en un mecenas de las artes.Hubiese sido uno más en las filas de su
Olga Romay es una escritora lucense afincada en Madrid. Licenciada por la Universidad Complutense en Ciencias Económicas y Empresariales. Compagina su labor como profesora en un instituto con sus estudios de doctorado en Historia Antigua y su vocación literaria. En el año 2007 publicó su primera novela, El jugador de ajedrez, con la que había quedado finalista en el VIII Premio de Narrativa Torrente Ballester. Tiene predilección por perseguir en los recovecos de la historia a esos personajes olvidados a la sombra de los poderosos.