Hay un momento en que los ojos se abren de pronto al arte, igual que los oídos a la música o a un idioma que hasta entonces se ha estudiado con la sensación de no avanzar, o de hacerlo muy despacio. Pierre Francastel, Giulio Carlo Argan, Erwin Panofsky y E. Gombrich me enseñaron a mirar con los ojos bien abiertos las obras de arte y a buscar sus vínculos con el mundo real, intentando ver en ellas lo que vieron sus contemporáneos y comprender el lugar que ocupaban en sus vidas y en sus sistemas de creencias. Creo que fue de Baudelaire y de Marcel Proust de quienes empecé aprendiendo a escribir sobre arte, intentando usar las palabras como una lente de aumento para mirar mejor lo que se tiene delante de los ojos, en los cuadros y también en la realidad. Mucho más tarde, ya adulto, descubrí a Robert Hughes y quise tomar ejemplo de su apasionada claridad. Los ensayos de este libro se han ido escribiendo de manera intermitente a lo largo de casi veinte años. Al verlos juntos ahora, observo que el azar de los encargos y del puro paso del tiempo les ha ido dando una cierta unidad involuntaria, casi un hilo narrativo, que tiene mucho que ver con la deriva de mis intereses personales y mis aficiones, quizás con la ética y la estética que están implícitas en el trabajo de cada escritor.
Nació en Úbeda (Jaén) en 1956. Desde que publicó Beatus Ille (1986), su primera novela, su obra no ha dejado de suscitar expectación y entusiasmo. El invierno en Lisboa (1987) le proporcionó el Premio Nacional de Literatura y el de la Crítica, y le descubrió como un narrador de gran hondura y enorme capacidad de fabulación. Con El jinete polaco (1991) ganó el Premio Planeta y de nuevo el Premio Nacional de Literatura. También ha publicado Las otras vidas (1988), Beltenebros (1989), Nada del otro mundo (1993), El dueño del secreto (1994), y en Alfaguara: Ardor guerrero (1995), Plenilunio (1997), Premio Femina 1998 a la mejor novela extranjera, Carlota Fainberg (1999), Sefarad (2001) y En ausencia de Blanca (2001). Algunos de sus artículos y ensayos están recogidos en Las apariencias (1995), Pura alegría (1998) y La vida por delante (2002), también en Alfaguara. Ventanas de Manhattan (2004) y El viento de la Luna (2006) son sus últimas obras. Es miembro de la Real Academia Española.