Con el estreno de El caballero de las espuelas de oro, a su regreso del exilio, Alejandro Casona dictaba su postrera lección magistral sobre el teatro. La obra se asienta en el trasunto vital de Francisco de Quevedo, un español espejo en que se miran muchos compatriotas, porque el gran poeta llevaría marcada en su conducta, en su altivez, en sus comportamientos, en las cárceles y destierros que padeciera por su enfrentamiento con el poder, los estigmas que caracterizan al mejor español, al senequista inmolado en bien de su patria.
Por el contrario, La llave en el desván, a la luz de los nuevos estudios del psicoanálisis difundidos por Freud, Casona hace una propuesta lírica para analizar los acontecimientos que los individuos se ven obligados a padecer, a vivir. Dicho de otro modo, es el sueño psicoanalítico el que explica y razona los hechos del pasado. En La llave en el desván se produce una inversión: el sueño se adelanta a los hechos, los mediatiza incluso para que se cumpla la fatalidad soñada entre brumas.
Conocido en el mundo de las letras con el seudónimo de Alejandro Casona, fue un dramaturgo español, en cuyas obras combina los juegos entre realidad y sueño de base poética. Maestro de profesión, su firme vocación pedagógica y su defensa de los valores progresistas, quedaron de manifiesto en las Misiones Pedagógicas creadas durante la Segunda República Española, en excelentes adaptaciones teatrales y narrativas para niños y jóvenes, y en la gran mayoría de sus creaciones dramáticas originales.
En 1934 recibió el premio de teatro Lope de Vega por su obra La sirena varada. De 1935 son las piezas Otra vez el diablo y Nuestra Natacha. En 1937 se exilia de España, se traslada a México, donde estrena en ese mismo año Prohibido suicidarse en primavera, y finalmente a Argentina, país en el que vivirá hasta 1963, año de su regreso a Madrid. Por su simbolismo y poesía, su teatro se ha emparentado con el de autores como Giraudoux y Priestley. De su producción literaria destacan Las tres perfectas casadas (1941), La dama del alba (1944), La barca sin pescador (1945), Los árboles mueren de pie (1949), Carta de una desconocida y El caballero de las espuelas de oro (1964), entre otras obras. Murió en 1965 en Madrid.