Si la fotografía es un arte de la memoria, a la que brinda la precisión que le falta, las fotos de Miguel Urbano proponen una memoria de lo banal, no de lo memorable. La realidad de una ciudad concreta, Málaga, e la realidad de Miguel Urbano, es decir, la mirada de Miguel Urbano, cierta manera de ver, transfigurada por lo que yo llamaría un enamoramiento de la materialidad de las cosas, del color de la calle, como si en los colores se condensara la esencia de lo real. Justo Navarro