El desfile del amora la vez un fresco histórico, una trepidante investigación detectivesca, una divertidísima comedia de equívocos confirma a Sergio Pitol como uno de los más notables y personales escritores latinoamericanos. México, 1942: este país acaba de declarar la guerra a Alemania, y su capital se ha visto invadida recientemente por la más insólita y colorida fauna: comunistas alemanes, republicanos españoles, Trotski y sus discípulos, Mimí sombrerera de señoras, reyes balcánicos, agentes de los más variados servicios secretos, opulentos financieros judíos. Mucho tiempo después, tras el hallazgo casual de unos documentos, un historiador interesado en tan apasionante contexto intenta esclarecer un confuso asesinato perpetrado entonces, cuando él tenía diez años, y la narración que atraviesa los polos excéntricos de la sociedad mexicana, los medios de la alta política, la intelligentzia instalada, así como sus más extravagantes derivaciones permite a Sergio Pito¡ no sólo pintar una rica y variada galería de personajes, sino también reflexionar sobre la imposibilidad de alcanzar la verdad. Como en una comedia de Tirso de Molina, nadie sabe a ciencia cierta quién es quién, las confusiones se suceden sin cesar y el resultado es este regocijante desfile, que por algo lleva el nombre de una de las más famosas comedias de Lubitsch. El desfile del amor obtuvo en su segunda convocatoria, en 1984, el Premio Herralde de Novela, otorgado por unanimidad por el siguiente jurado: Salvador Clotas, Juan Cueto, Luis Goytisolo, Esther Tusquets y el editor Jorge Herralde. La primera edición fue saludada así por la crítica.