La pasión amorosa, auténtico motor de gran parte de la mejor literatura, aparece en El desierto del amor como objeto de análisis en sus aspectos más oscuros. A partir de Maria Cross, la protagonista de esta novela que atraviesa un sinfín de miserias morales, Mauriac analiza los conflictos que habitan en el interior de los humanos, su lucha constante contra el mal, desde una particular entonación romántica.El desierto del amor es una novela turbadora, donde Mauriac reconstruye con precisión quirúrgica la psique de tres personajes atrapados por la soledad, la degradación de un mundo al borde del fracaso y la represión de los sentidos.
«El arte de vivir es sacrificar una pasión baja a otra más alta.»François Mauriac
(Burdeos, 1885 - París, 1970) encarna como pocos la coherencia entre ideas y vida. Profundamente católico, a lo largo de su vida defendió con vehemencia la dignidad y los valores que, de acuerdo con su ideario, nos hacen humanos.Miembro de la Academia Francesa, defensor de la República Española, activista de la resistencia contra el nazismo, Mauriac se consolidó como uno de los intelectuales franceses más influyentes del siglo XX, especialmente a partir de 1952, cuando le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. Aunque François Mauriac ha pasado a la posteridad a partir de sus novelas, su labor como periodista le granjeó una enorme popularidad. Editó las revistas Les lettres françaises y Le cahier noir, desde las que denunció las torturas y asesinatos contra los patriotas franceses. Entre 1945 y 1955 colaboró en Le Figaro y encabezó una campaña en defensa del general De Gaulle. Años más tarde, debido a su defensa de la causa argelina, recibió amenazas de muerte de la organización terrorista de extrema derecha OAS.