Este volumen contiene tres de las obras más representativas de quien sin duda es el mejor dramaturgo de la Viena de fin de siècle: Hugo von Hofmannsthal (18741929): El difícil, Cada Cual y La torre. un drama de salón, un misterio medieval y un drama barroco respectivamente. El hilo conductor que dota de unidad a estas piezas, aparentemente tan heterogéneas anacrónicas, incluso para el momento en que fueron escritas, es su voluntad común de renovar y actualizar para que no queden en pretérito, inservibles las certezas, las evidencias que habían caído en el olvido en la segunda mitad del siglo XIX, abriendo una profunda crisis cultural en Europa. El difícil describe la extraordinaria dificultad que su protagonista, Hans Karl, encuentra para entablar cualquier tipo de relación en un mundo que se le antoja fragmentario, convulso, incomprensible. La palabra se ha degradado y resulta un instrumento insuficiente para revelar el significado de la realidad. Haciendo un juego de parónimos, las cosas ya no se revelan, las cosas se rebelan, se alzan contra el sujeto que las había nombrado y éste precisa de todas sus fuerzas para no perder pie en una realidad agitada, polémica. La primera empresa consistirá, por tanto, en abrir de nuevo el camino hacia lo real, y esto sólo es posible cuando Hans Karl cae en la cuenta de que ha apartado de sí un elemento constitutivo de la palabra: su carácter creador. La función de la palabra es fundar ámbitos de encuentro, no asegurar el dominio del sujeto sobre el objeto, siempre precario y en trance de desaparecer. En la segunda de las obras, Cada Cual, se ensaya la recuperación de las preguntas radicales que tienen que ver con el ámbito de la metafísica. Cada Cual es un joven rico que se ve sorprendido por la muerte. Abandonado por sus amigos y sin poder recurrir a sus bienes para conjurar la desgracia que se abate sobre él, parece que su existencia está condenada de raíz a convertirse en polvo y perderse en la nada. El núcleo de la cuestión es la negación del carácter personal del hombre, cuando el valor de la existencia no se deriva de su propia dignidad, sino de una instancia ajena (el dinero, el éxito, el poder) que lo ha otorgado en el tiempo. Cada Cual ha enajenado su identidad, reduciéndose a un conjunto de rasgos escasamente articulados que no superan el horizonte de la muerte. Cuando el protagonista reconoce su error y vuelve arrepentido sobre sí mismo, su fe le salva. La torre, que entronca con la obra de Calderón La vida es sueño, presenta a un príncipe Segismundo que, tras salir de su reclusión, se convierte en el modelo del buen gobernante. Se trata de un drama político, motivado por la desintegración de la civilización europea tras la Primera Guerra Mundial. Frente a los tiranos que se afirman sobre el pueblo, la razón de ser de Segismundo es el servicio. La obra tiene resonancias mesiánicas, su protagonista acaba convertido en una suerte de Juan Bautista que preconiza la llegada de un personaje bien curioso: el Rey de los Niños, que inaugurará una nueva era de paz. La lectura de Hofmannsthal tiene, como se puede apreciar, mucho de reviviscencia. no se agota en la constatación de las penalidades por las que atraviesa, sino que nos invita a rehacer el movimiento mental del autor, que pugna por sobreponerse a una experiencia de pérdida, de desorientación que es tan propia de su tiempo como del nuestro.
Hugo von Hofmannsthal (Viena, 1874-1929) va nèixer en el si d'una família pertanyent a la noblesa austro-hongaresa, tot i que d'origen jueu. Escriptor precoç, des dels seus inicis la seva carrera estarà marcada per un èxit fulgurant. A partir de l'any 1909, amb l' òpera Elektra, va començar una llarga i fructífera col·laboració amb el compositor Richard Strauss, per qui posteriorment va escriure els llibrets d'òperes com Der Rosenkavalier (1911), Ariadne auf Naxos (1913), Die Frau ohne Schatten (1919), Die Ägyptische Helena (1927), i Arabella (1933).