El premio teatral «Lope de Vega» de 1973 le fue concedido a una obra sobre la Inquisición española, o más bien, sobre un inquisidor (Alonso Salazar y Frías) que luchó denodadamente por introducir en el seno de aquélla un sentido de la racionalidad, una postura liberal, justa, objetiva, lejos del fuego fanático que enturbió tan intolerante institución de la Iglesia española. El encargado de trazar el retrato de aquella figura sobre la escena fue el dramaturgo catalán, exiliado en México y Alemania durante muchos años, José María Camps, que se recuperaba con esta obra para el Teatro Español. El Edicto de Gracia completa la selección de textos incluida en el volumen VII de la Historia y Antología del Teatro Español de Posguerra publicada en esta misma colección Espiral.