En 1892, la americana Elizabeth Summers acompaña a su tío en unas excavaciones arqueológicas por Egipto en busca de una pieza muy especial, el Almah. Aunque Elizabeth trata de hacerse un hueco en las excavaciones, el hecho de ser mujer hace que su tío la relegue a la catalogación de las piezas. Como sus antepasados, el jeque Jabari y sus guerreros del viento tienen la misión de velar y proteger el Almah de los infieles, en nombre de su reina Kiya. Cuando Elizabeth descubre dónde está enterrado el preciado tesoro, Jabari la rapta para evitar que los de su clan la ajusticien por profanar sus tierras y la lleva a su harén. Pese a todo, entre Elizabeth y Jabari surge una intensa atracción. La mancha en forma de paloma sobre el cuerpo de la joven confirma a Jabari que está ante la reencarnación de la reina Kiya, quien, como anunciaba la profecía, ha vuelto para entregar su amor al jefe de los guardianes y hacerle feliz.