PACHECO, GABRIEL / ROSATI, IVO
Alguien había dejado el grifo abierto. Pero el dueño de la casa nunca volvió. quién sabe dónde había ido a parar. Cuentan que quizá se hubiera marchado a las islas Fiyi, o que tal vez saliera en busca de fortuna hasta las minas de oro azul, allá por África. Al final, sucedió que el agua, de tanto acumularse, rebosar y desparramarse por todas partes, hizo nacer un hombre: un hombre alto, azul, transparente y cristalino. Un hombre de agua. .