El Titanic se hundió hace 100 años. Publicamos ahora uno de esos curiosos libros que han atraído a muchos lectores a lo largo del siglo XX, ya que fue escrito catorce años antes del famoso naufragio y cuenta una historia prácticamente idéntica: un trasatlántico llamado titán se hunde en las aguas del océano Atlántico al chocar con un iceberg.
El Titánic se parece de manera desconcertante al Titán que Robertson creó en la ficción: coinciden incluso en peso longitud y capacidad de pasajeros. También en que el Titán era un buque con exceso de lujos que llevaba una cantidad insuficiente de botes salvavidas. Algunos creen que se trata de una mera casualidad y otros que el autor escribió un libro premonitorio de lo que sucedería años después, lo que dota al texto de un claro interés histórico.
Morgan Robertson fue un visionario, como Jules Verne, a quien sin duda nos recordará estilísticamente esta novela.
"Es una historia conocida: el barco más grande jamás construido, apodado "el insumergible" por sus propietarios británicos y la presa, choca con un iceberg. Debido a la falta de botes salvavidas, la mayor parte de los pasajeros perece en el Atlántico Norte. Una historia idéntica a la del Titán, salvo que este es un trasatlántico de ficción y que se creador publicó el libro catorce años antes del hundimientos del RMS Titanic."
The Pórtland Press Herald
Morgan Robertson (Oswego, 1861 - Atlantic City, 1915). Fue un oficial estadounidense de la marina mercante, además de escritor y posible inventor del periscopio. Popularmente es conocido como el hombre que escribió en 1898 la novela Futilidad o El hundimiento del Titán. Del mismo modo, escribió en 1914 la novela titulada Más allá del espectro, pronóstico de una futura guerra entre Estados Unidos y Japón, incluyendo un ataque furtivo de los japoneses. La historia coincide con el enfrentamiento de USA y Japón en la Segunda Guerra Mundial y el ataque a Pearl Harbor por parte de ese país asiático, hechos ocurridos años después de la publicación del libro. El 24 de marzo de 1915, Robertson fue encontrado muerto en su habitación en el hotel Alamac en Atlantic City, Nueva Jersey. Tenía 53 años de edad. Se cree que murió de una sobredosis de protiodide (yoduro de mercurio).