En un Imperio gobernado por la nigromancia, los hechiceros muertos son la fuente de su poder. Sus cadáveres son encadenados y drenados de su magia para alimentar el insaciable deseo de conquista imperial.
Arienne nació con magia y ha aceptado su oscuro destino. Sin embargo, cuando empieza a oír en su mente la voz de un hechicero muerto hace mucho tiempo, escucha atentamente. Quizás haya otro futuro para ella, si está dispuesta a luchar por él.
A kilómetros de distancia, bajo un volcán, un dragón de siete ojos también lleva las cadenas del Imperio. Antes de la opresión imperial, era el guardián sagrado de su pueblo. Loran, una espadachina viuda, es la primera en arrodillarse ante el dragón en décadas. Llega con una súplica desesperada y se marcha con una espada forjada con el colmillo del dragón y un propósito que cambiará su destino.
En el corazón de la capital imperial, Caine es conocido como un hombre que hace que las cosas sucedan. Cuando su mejor amigo y mentor es asesinado, no dejará piedra sin remover para encontrar a los responsables, aunque eso signifique provocar una guerra.