«Esto es algo que me he grabado a fuego desde la primera vez que la Boticaria García me lo dijo. Luego vinieron otras enseñanzas, como que "el jamón de york NO existe" o que "los palitos de cangrejo son el mal". Si en el supermercado sienten remordimientos cuando están a punto de echar mano a ese paquete de galletas que les llama sin piedad, si no saben qué demonios es el glutamato o hiperventilan cuando se ponen delante del lineal de los yogures, este es su libro. Porque uno de los mayores valores de su autora es que usa el sentido común para enseñarnos a leer las etiquetas de los productos y que no nos dejemos llevar por las apariencias; que aprendamos a comer mejor sin arruinarnos. Nadie dijo que fuera fácil. Pero tiempo al tiempo...». Del prólogo de Laura Baena Fernández, fundadora del Club de Malasmadres
Marián García creció en la rebotica de una farmacia manchega donde no solo aprendió a andar, sino también los entresijos de una profesión que acabaría convirtiendo en la suya propia. Podría decirse que es boticaria desde la cuna, pero decidió darle un toque oficial pasando unos años por la Complutense, de donde salió como licenciada en Farmacia y doctora en Nutrición.
Entre sus aficiones, además de matricularse compulsivamente en la universidad (también estudió el grado de Nutrición Humana y Dietética y la diplomatura de Óptica y Optometría), siempre ha estado la de escribir. Empezó el blog Boticaria García para aunar afición y profesión y, de paso, intentar ganar alguna batalla al Doctor Google haciendo divulgación sanitaria de forma amena y sencilla.
Este libro recoge algunas de las disparatadas situaciones que la autora ha ido encontrando al otro lado del mostrador, tanto en la farmacia rural de Cuenca, donde pasó largos años, como en la actual, a pocos kilómetros de Madrid.