Agustín Fernández Ros, siguiendo la tradición de las novelas picarescas y costumbristas, presenta una obra cargada humor y vitalidad. Con una cuidada amalgama de nobles y plebeyos, la acción se desarrolla durante el reinado de Carlos III. El autor dibuja una galería de personajes que, a medida que avanza la novela, sumergen al lector en una España de caminos pedregosos, viajes inciertos, capa y sombreros de ala ancha. E invita a los lectores en un trayecto, de ida y vuelta, a través de un país sinuoso, en el que habitan bandoleros y menesterosos. Pero donde los buenos sentimientos, y las mejores obras, también tienen cabida. La novela recorre asimismo las calles de un Madrid de luces y sombras, haciendo parada y fonda en lugares tan emblemáticos como Trujillo, Cáceres, Zafra y Sevilla. En todas estas ciudades, el marqués y sus lacayos dejan la impronta de unos personajes muy nuestros, que provocan la sonrisa cómplice de los lectores. El viaje del marqués no ha hecho más que empezar