LEROUX, GASTON / IZQUIERDO, GONZALO (Ilustración)
I. Donde se empieza a no entender nada
II. Donde aparece por primera vez Joseph Rouletabille
III. Un hombre pasó como una sombra por las contraventanas
IV. «En el seno de una naturaleza salvaje»
V. Donde Joseph Rouletabille dirige a Roberta Darzac una frase que no deja de producir su efecto
VI. Al fondo del encinar
VII. Donde Rouletabille se va de expedición bajo la cama
VIII. El juez de instrucción interroga a la señorita Stangerson
IX. Reportero y policía
X. «Ahora habrá que comer matanza»
XI. Donde Frédéric Larsan explica cómo el asesino pudo salir del cuarto amarillo
XII. El bastón de Frédéric Larsan
XIII. «La rectoral no ha perdido nada de su encanto ni el jardín, de su esplendor»
XIV. «Esta noche espero al asesino»
XV. Trampa (Fragmento de las notas de Joseph Rouletabille)
XVI. Extraño fenómeno de disociación de la materia (Fragmento de las notas de Joseph Rouletabille, continuación)
XVII. La galería inexplicable (Fragmento de las notas de Joseph Rouletabille, continuación)
XVIII. Rouletabille dibuja un círculo entre las protuberancias de su frente (Fragmento de las notas de Joseph Rouletabille, continuación)
XIX. Rouletabille me invita a comer en la venta La torre del homenaje
XX. Una maniobra de la señorita Stangerson
XXI. Al acecho
XXII. El cadáver increíble
XXIII. La doble pista
XXIV. Rouletabille conoce las dos mitades del asesino
XXV. Rouletabille se va de viaje
XXVI. Donde se espera a Joseph Rouletabille con impaciencia
XXVII. Donde Joseph Rouletabille aparece en toda su gloria
XXVIII. Donde se prueba que no siempre se piensa en todo
XXIX. El misterio de la señorita Stangerson
Noche cerrada en el castillo. La señorita Stangerson se ha ido a su cuarto a descansar, y ha echado el cerrojo... Al poco, se oyen -procedentes de su habitación- gritos, tiros de revólver y un estruendoso ruido... Los que se encuentran cerca acuden en su ayuda, y cuando consiguen derribar la puerta, encuentran a la señorita Stangerson agonizando en el suelo y con signos de violencia en su cuerpo. Pero del asesino, ni rastro... Por la puerta no ha huido y no hay ninguna otra salida posible. ¿Qué ha sucedido? ¿Dónde está el asesino? ¿Se ha desvanecido? El joven periodista Rouletabille deberá desentrañar los apasionantes enigmas que esconde este misterioso caso.
Gaston Leroux (París, 1868 ? Niza, 1927) ha pasado a la historia de la literatura como uno de los pioneros de la literatura de misterio. Aunque ejerció como abogado durante tres años, pronto descubrió que su auténtica vocación era escribir y se dedicó a ello en cuerpo y alma. Crítico teatral, periodista (como reportero siguió los avatares de la Revolución rusa y entrevistó a algunos de los criminales más peligrosos de su época) y por encima de todo escritor, Leroux llevó una existencia pareja a la de uno de sus más célebres contemporáneos: Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes. Leroux, y su inmortal personaje Joseph Rouletabille, han deleitado a millones de lectores de todo el mundo a partir de historias que exploran las formas clásicas de la narrativa policíaca: los enigmas que aparentemente no tienen solución, como los «cuartos cerrados». Actualmente Leroux ocupa un lugar de honor entre los autores franceses de todas las épocas.