COLETTE / COLETTE, SIDONIE GABRIELLE
Azorín escribió de Colette, a propósito de la publicación, en Francia, de El nacer del día: "Grandes escritores hay en Francia; escritores hay que tienen sólida reputación de sabiduría y de profundidad. Tal vez de esos escritores no quede nada; acaso esos escritores no se puedan leer dentro de unos años. De Colette es seguro que se leerán siempre estas páginas tan transparentes y tan delicadas..." No se equivocó en su profecía. Colette goza en la actualidad de la misma fama que gozó en vida. Es más, el respeto por su dimensión literaria ha aumentado con el paso de los años como lo demuestran las continuas reediciones de sus obras. Sin embargo, en España, Colette está todavía por descubrir. Lastrada por una reputación de intimista, su recepción en España no ha sido ni justa ni suficiente, a pesar del acertado juicio de Azorín y de que Corpus Barga dijera, también sobre El nacer del día, que era "una obra de una belleza fatal".
En esta novela, Colette, en plena posesión de sus cualidades literarias, las pone en juego para servirnos un producto impecable, donde la "aburrida prosa de la vida" es aderezada con el virtuosismo y el talento extraído de un venero poético y de una experiencia vital, tan auténticos como inagotables.
Sidonie-Gabrielle Colette (1873-1954) fue la primera mujer moderna del siglo XX. Su fascinante vida arranca en la época del decadentismo de finales del siglo XIX y termina en los años cincuenta, rodeada de gatos en un lujoso apartamento de París, después de pasar por los escenarios, ambientes, movimientos artísticos y hechos históricos más destacados de su tiempo: los salones mundanos de la Belle Époque, el ambiente del Lesbos finisecular, el bajo mundo del music-hall y el cabaret, el periodismo y la literatura, las trincheras de la Primera Guerra Mundial, el incipiente arte del cinematógrafo, los felices años veinte, los nazis en París... Sin embargo, a pesar de su celebridad como novelista y de ser una de las personalidades más conocidas de Francia, fue una mujer profundamente reservada y recelosa, que se resistía ferozmente a ser conocida.