Desde el oso del Paleolítico, al que se atribuían poderes mágicos, hasta nuestros osos de peluche, Pastoreau nos relata la historia de una relación pasional que se prolonga desde épocas remotas. Durante mucho tiempo, en Europa, el rey de los animales no fue el león, sino el oso, al que se admiraba y veneraba. Dejaron sus huellas en la mitología y el imaginario colectivo hasta bien entrada la Edad Media cristiana, pero muy pronto la Iglesia trató de borrarlas. Temían la fuerza brutal de la fiera, la fascinación que ejercía sobre reyes y cazadores y la creencia según la cual el oso macho raptaba mujeres jóvenes para violarlas.
Michel Pastoureau, historiador, archivista y paleógrafo francés, realizó sus estudios en la École des Chartes, donde se graduó en 1972 con una tesis sobre el bestiario heráldico en la Edad Media. Es director de estudios en la École Pratique des Hautes Études en la Sorbona, donde desde 1983 ocupa la cátedra de Historia de la simbólica occidental. Ha recibido un doctorado Honoris Causa por la Universidad de Lausanne en 1996.
Es autor de más de treinta libros dedicados a la historia de los colores, de los animales y de los símbolos y es miembro de la Academia Internacional de Heráldica y vicepresidente de la Sociedad Francesa de Heráldica