Tres amigos se reúnen para ejecutar un plan y mientras esperan a que se arregle la avería de un coche, asistimos a la caída de sus máscaras, a su último carnaval juntos. Los personajes de "El plan" podrían parecer sacados de una película de Woody Allen, pero los diálogos recuerdan más a Tarantino: de la pequeña intrascendencia se crea una bola que amenaza con desbaratar la precaria armonía entre los protagonistas. Y ante eso, la hecatombe: ¿Somos ejecutores o víctimas de nuestro destino? Al acabar de leer "El plan" quedé conmocionado. Antiguamente dirían que la obra me llegó al corazón; y no: me afectó al sistema límbico que, como explica uno de los personajes, es la zona del cerebro que rige nuestras emociones. Creo que esta comedia de Ignasi Vidal divertirá muchísimo al público. Es, además, una obra que creará debate. Y yo, como autor contemporáneo y buen amigo que soy de Ignasi, rabiaré de envidia con su éxito. NANCHO NOVO