La joven Anna Akímovna ha heredado una enorme fábrica y tiene a su cargo a miles de trabajadores. Durante el día de Navidad, mientras sube y baja por los pisos de su enorme casa, reflexiona sobre su soledad y las dificultades de encontrar un buen marido. Anna no se siente a gusto ni en el piso de arriba, donde recibe a los miembros de la alta sociedad con los que le corresponde relacionarse desde que es rica pero que la menosprecian por su origen, ni con los del piso de abajo, los trabajadores y las mujeres del pueblo llano que la criaron, de los que ahora la separa su posición.
(1860-1904) empezó a publicar relatos en diferentes revistas mientras estudiaba medicina en la Universidad de Moscú. Una primera selección de sus escritos humorísticos, Relatos de Motley, apareció en 1886. Su frágil salud (padecía tuberculosis, por entonces incurable) lo llevó a trasladarse en 1897 a Crimea y a diversos balnearios de Europa central. Casi a finales de siglo conoció al actor y productor teatral Konstantín Stanislavski, quien en 1898 montó su obra La gaviota. La asociación permitió el estreno de otras obras significativas como El tío Vania (1899), Las tres hermanas (1901) o El jardín de los cerezos (1904). Maestro del cuento, Chéjov escribió relatos inolvidables como «La estepa», «La cigarra», «El monje negro» o «La dama del perrito».